lunes, 17 de noviembre de 2008

Soplando el carbón 2

Antes de empezar a leer este post por favor lean nuevamente los últimos párrafos del anterior. Los entre-comillados. Léanlos despacio, suave y lentamente, como queriendo hacerle el amor a cada palabra para que les descubra lo que quiere decir. Y es que yo pretendo que ustedes –los pocos que lean estas palabras- despierten del criminal letargo que ha permitido que pase lo que está pasando.

Claro, todos disfrutamos de la seguridad de la rutina, de la tranquilidad de saber que mientras no salgamos del camino que nos han trazado los asquerosos gobernantes que nos hemos impuesto por comodidad –en especial esta pareja de puercos degenerados que ostentan como trofeo el poder-, nada nos va a pasar. Hoy pretendo decirles que están equivocados. Si seguimos sentados cómodamente en nuestros sofás, obviando los noticieros, o viéndolos, enojándonos y olvidando luego lo que pasó, o discutiendo lo mal que está el país en una mesa de tragos para dejar, luego, las palabras escondidas tras una goma de garabato que los paraliza. Si, pues les cuento que si seguimos así pronto vamos a tener gente tomándose nuestras calles -alegando que ellos son el pueblo y las calles son del pueblo, de ellos pues-, viviendo de nuestro salario y nuestro sudor, de nuestra sangre y nuestra mansedumbre.

Pronto vamos a tener venganzas contra aquellos que se atrevan a hablar, venganzas materializadas por las instituciones estatales, las encargadas de repartir la justicia imparcial, la justicia ciega. Vamos a tener un sistema viciado, un grupo de 92 inútiles que se aprovecharán de nosotros, un árbitro electoral que dará más asco que la arrojada de un bolo (y seguramente así de hediondo), una justicia en venta, una simple puta de Daniel que hasta lo exculpará de sus aberraciones, de la violaciones que sólo un enfermo mental podría concebir, y un presidente… que decir del presidente que tendríamos, de ese intento de dictador cuya retórica se venció hace ya más de 20 años, que seguirá promulgando el odio entre clases, el odio entre compatriotas, un pobre idiota que piensa que podrá mantener su feudo con petróleo prestado(que pagamos todos nosotros), un inútil, un degenerado, un ignorante, un violador. Ah! ¿Y de nuestra primera dama? Pues nos terminaría gobernando una primera dama cuyos propios disparates sexuales y ninfomanía le permitirían ser testigo de la violación de su hija.
¿Es ese el panorama que quiere para nuestro país? ¿Le suena bonito tener a un perro asesino como Lenín Cerna detrás del poder? ¿Vamos a aceptar que 4 gatos escudados con camisetas de amor, reconciliación y consejos ciudadanos nos repartan odio, garrote y autoritarismo?

Lo siento pero todo esto ya nos lo montaron… ahora toca bajárselo.

Entonces les digo, es necesario abandonar nuestra silla, el sofá o el colchón, es hora de levantarnos todos, recuerden que “somos más y jalamos más parejo” (ahí me disculpan esto de citar a la “cultura light” pero en definitiva pese a ser light viene muy bien al caso.

Hay quienes no quieren que hablemos, pero, ¿vamos a dejar que logren callarnos? Nosotros, los que tenemos la razón de nuestro lado, ¿vamos a dejar que pisoteen nuestros derechos, nuestra libertad, nuestra dignidad? Sabemos que hay algo terriblemente malo en este país, sabemos que la receta diaria es autoritarismo, intolerancia, injusticia y un poquito mas de autoritarismo. La pregunta es, ¿hasta cuando? ¿Hasta cuando vamos a permitir que esto siga pasando?

Cuando termine de leer esto camine hacia el espejo (aunque le parezca paja, hágalo, sólo va a perder unos 30 segundos). Véase a los ojos y acepte que usted es el culpable de todo lo que está pasando ahorita, usted, no sé si por miedo, apatía o pereza, ha permitido que esto pase. Mírese a los ojos y convénzase que ya está cansado de ver lo mal que se maneja este país a través del odio, la ignorancia, la estupidez y el miedo. Por que hay que estar claro que la herramienta principal que este inservible gobierno pretende usar es el miedo, sino -póngase a pensar un segundo-, ¿por qué cree usted que en estas elecciones municipales los grupos de represión de la chayo salieron a celebrar antes incluso que se cerraran las urnas (al menos en teoría, si bien sabemos que en la práctica sabemos que se cerraron al botar el último CPC)? Sencillo, para llenar los corazones de los amantes de la libertad y la justicia (y de algunos otros que no lo son tanto pero que estaban en contra de Daniel y su monito cocainómano) de aprensión y miedo, para asustar a la facción del pueblo que conoce que aquel que vive por El Carmen no es más que un sucio, casi analfabeta, neófito tirano que acepta la voluntad de la bruja de su esposa para que le consienta sus pedófilas tropelías, y que nunca va a aceptar que su gordo barbudo, hediondo y asqueroso nos diga que un pinche drogadicto activo es el alcalde de Managua, o que algún otro inútil ocupará el puesto para el cual el pueblo ya escogió.

Y es que el pueblo no debería tenerle miedo a su gobierno, el gobierno debería tenerle miedo a su pueblo. Dígase esto viéndose a los ojos, yo lo voy a hacer, yo también soy culpable… y voy caminando al espejo.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Soplando el carbón 1

Mi escrito anterior lo terminé preguntándoles si estaban dispuestos a hacer algo por nuestro paisito, si realmente estaban dispuestos. Espero sinceramente –tal como dije en ese mismo escrito- que la respuesta sea un rotundo si, un franco si, aunque en este momento nos preguntemos que es eso que debemos hacer.

Más adelante voy a hacer un par de ejercicios estadísticos que van a probar la imposibilidad del triunfo del FSLN en estas elecciones municipales y la posibilidad que tendríamos aquellos amantes de la verdad, la libertad y la justicia, de triunfar en cualquier tipo de oposición que estuviéramos dispuestos a hacerle a este aprendiz de dictador que pretende someternos a su torcida voluntad. Eso va a ser más adelante, por ahora quisiera agarrar un fósforo y tratar de encender esa llama interna que todos los nicas llevamos dentro, esa que nos impulsa a buscar la libertad a pesar de todo, esa que todos sabemos que está allí, pero que al fin de cuentas nos cuenta prender, o, lo que es peor, que se enciende fácil, arde más que el infierno –una expresión algo exagerada pero no supe como más decirlo-, y se apaga rápido, rápido y sin dejar huellas, una tormenta de arena, una llamarada de tuza, como decimos aquí.

A todos aquellos que viven apáticos a lo acontece en el país, a los que se arrechan por minutos y, cuando el polvo se asienta, terminan resignándose y aceptando que decidan por ellos, les recomiendo una película: “V for Vendetta”, o “V de Venganza”, o “V de Vendetta”. No importa como la llamen, es la misma película, es lo mismo lo que vale la pena retomar de ella. A ver, hay dos momentos (o talvez más pero esos son los que recuerdo ahorita) en los cuales el personaje principal de la película –llamado simplemente V- hace comentarios tan acertados y tan válidos para nuestra realidad que se me ponen los pelos de punta.

“Buenas noches, Londres. Déjenme primero pedirles disculpas. Yo también, como muchos de ustedes, disfruto del la comodidad del la rutina diaria, la seguridad de lo conocido, la tranquilidad de la repetición. Los disfruto como cualquiera…

Hay, por supuesto, algunos que no quieren que hablemos. Incluso ahora, órdenes están siendo gritadas por teléfono y hombres con armas pronto estarán en camino. ¿Por qué? Por que mientras el garrote puede ser usado en lugar del diálogo, las palabras siempre retendrán su poder. Las palabras ofrecen un medio para el sentido y, para aquellos que escuchan, la manifestación de la verdad. Y la verdad es que hay algo terriblemente torcido en este país, ¿o no? Crueldad, injusticia, intolerancia y opresión. Y donde una vez hubo libertad para objetar, para pensar, para hablar como se consideraba justo, ahora hay sensores y vigilancia coerciendo su comodidad y pidiendo que se rinda. ¿Como pasó? ¿Quién es el culpable? Ciertamente hay algunos más responsables que otros, y ellos rendirán cuentas. Pero nuevamente, a decir verdad, si busca al culpable sólo necesita ver al espejo. Sé porqué lo hizo. Sé que tenía miedo…

Pero al final, el verdadero genio del plan, era el miedo. El miedo se transformó en el arma suprema de este gobierno... El miedo le ganó… El pueblo no debería tenerle miedo a su gobierno, el gobierno debería tenerle miedo a su pueblo…

Su esperanza era demostrar al mundo que la imparcialidad, la justicia y la libertad son más que palabras. Son perspectivas.”

viernes, 14 de noviembre de 2008

¿Nicaragua en un sombrero?

Como suele sucederme, tengo tantas ideas en mi cabeza sobre como iniciar este blog y explicar que pretendo con él, que no sé por dónde empezar. Creo que debería empezar por el principio. ¿Nicaragua en un sombrero? ¿No tiene mucho sentido, verdad? Pues la verdad es que no tiene demasiado, pero al menos tiene más sentido que lo que está pasando ahorita en mi paisito, pero ese no es el tema, no por ahora.

En el título sintetizo dos de las cosas que han marcado más mi vida, como soy y como pienso: vivir en Nicaragua y leer El Principito. De allí el título. Para los que no han leído este libro -los exhorto a que lo lean lentamente y con la mente abierta-, la historia comienza con un niño que leyó que las boas podían comerse a una fiera entera sin masticarla, entonces imaginó como se miraría una boa que se comía a un elefante, y lo dibujó algo así:



Luego se lo enseñó a algunos adultos y todos pensaron que era un sombrero, nadie pudo ver lo que para el niño era evidente, un elefante dentro de la boa.

Ahora empieza mi blog. Mi Nicaragua lleva ya 74 años (o incluso mucho más) de vivir en dictaduras, a veces descaradas, a veces como un titiritero manejando maquiavélicas marionetas desde la sombra, a veces bajo la bota de un tirano y a veces asediada por una víbora bicéfala. Sea como sea, todos los días alguien trata de hacernos bajar la cabeza como los cerdos que miran al suelo, como los cerdos que nos gobiernan… Y mi Nicaragua sigue en el sombrero, dentro de las tripas inmundas de los dictadorzuelos que nos han tocado.

Alguien en un blog escribió hace poco algo que me hubiera gustado que todos leyeran: “Y Usted, ¿Qué va a hacer?” Una pregunta tan corta, tan sencilla que parece casi fútil, pero con tantas implicancias que vale la pena volvérsela a hacer.

Y Usted, ¿Qué va a hacer?

En mi próximo blog voy a tratar de discutir un poco las escasas opciones que aún nos quedan, sin embargo, no olviden la pregunta que les he repetido ya un par de veces, pero sobre todo pregúntense, ¿Estoy dispuesto a hacerlo? ¿Estoy dispuesto a abandonar la tranquilidad de mi silla y la comodidad de mi rutina para cambiar mi país? Yo sí, y sinceramente espero que usted también, recuerde lo que dijo nuestro General de Hombres Libres: “Si en Nicaragua hubieran cien hombres que la amaran como yo ya sería libre”. Recuerden todo esto, y piensen además si están dispuestos a esperar 45 años para reaccionar y si quieren ver nuestro suelo manchado de sangre por no reaccionar a tiempo.

Buenas tardes.